Y vuelvo a escribir. Luego de un tiempo inactivo pienso volver a escribir.
No sé por qué cuando estoy mal no puedo escribir, no me sale.
Antes decía que no había nada más productivo que un escritor deprimido o radiante de felicidad, ya que son los sentimientos y no la inercia lo que nos hace escribir, lo que no entiendo es por qué no funciona en mi.
Y hoy, creo que más por el hecho de escribir y no tanto por lo que escribo, agarré de nuevo el blog.
Pienso, intento, recuerdo, vuelvo a pensar, siento, duele, vuelve a doler, pienso de nuevo... y así sucesivamente vengo carcomiéndome desde hace un tiempo.
¿Por qué volver a pensar en algo que ya murió? ¿realmente me afecta o sólo disfruto de mi propio sufrimiento? ¿sentiré algo de verdad o es mi intento desesperado por tener sentimientos y ser más humano?
¿Por qué escribimos los que escribimos? ¿para contar algo que nos pasa o para recordárnoslo?
Hay sentimientos que se adhieren a nuestro pecho y no salen, podes poner muchas cosas para taparlos pero, ellos, siempre van a estar ahí, pegados a vos, parasitándote y devorándo tu piel y carne hasta que queden sólo los huesos y lo único que puedas ver sea el recuerdo triste y melancólico de lo que alguna vez fuiste y quieras morir, pero no puedas, quizás, en parte porque no quieras, porque sabes en el fondo de lo poco de alma que te queda es lo que siempre deseaste.